Reflexión

La situación es delicada, cuando miras a tu alrededor dentro de tu entorno de trabajo y ves constantemente escenas que te llevan a la depresión y a la desmoralización profunda. Está siendo cada día más común en empresas y organizaciones.

¿Sabes de lo que estoy hablando?

Cada vez hay más gente que va a trabajar desmotivada, sin ilusión, sin ganas de levantarse por la mañana para enfrentarse otra vez a lo mismo de siempre y sólo les une con la empresa, la necesidad de conseguir un salario a fin de mes y sin pensar en nada más.

Que un empleado esté pensando únicamente en hacer lo “justo” para que no le despidan.

Que un trabajador acuda al puesto de trabajo sin motivación y esté mirando todo el día la hora.

Que un trabajador sólo tenga mensajes negativos cuando habla de sus jefes, de sus compañeros, de la empresa.

Que un trabajador tenga escenas desagradables cuando llegue a su casa provocadas por la presión y la falta de atención que sufre en el trabajo.

Que un trabajador siendo consciente de la situación y, por su propia cuenta y riesgo, se de cuenta de que alguien tiene que “tirar del carro” y se echa toda la carga sobre la espalda y se nota vencido cuando después de un tiempo no puede más y tiene que pedir baja por enfermedad para curarse los problemas de ansiedad que le provocan las situaciones de estrés que vive en el trabajo.

Estos son algunos casos de los que te puedes encontrar seguramente, sino en tu entorno, en entornos cercanos al tuyo. Podría seguir, pero prefiero parar y plantear una reflexión. Es el momento de empezar a buscar soluciones y dejar atrás todo lo que nos hace sufrir.

¿Qué es lo que está pasando?

Desde mi punto de vista, veo el problema bajo dos perspectivas principales. Por un lado “el individuo”, la persona, se encuentra desorientado, sin un rumbo aparente. Es tan sólo el marinero de su propio barco.

Por otro lado, veo a la empresa, cómo se aleja de los altos indicadores de rendimiento y eficiencia, manteniendo los equipos de trabajo sin producir al nivel que se espera de ellos.

¿Cómo consienten esta situación tanto la persona como la empresa? Posiblemente lo consienten porque no saben qué hacer y están esperando que aparezca alguien en sus vidas o que ocurra un acontecimiento fuerte dentro de su entorno para mostrar consciencia de la situación y provocar un cambio. En mi opinión, estas situaciones se provocan por falta de liderazgo.

¿Qué puede hacer la persona?: Autoliderazgo

La situación actual está obligando a que el modelo empresarial cambie. Las empresas necesitan acometer cambios para adaptarse a los tiempos que corren.

Posiblemente una de las causas por las que la persona se siente desorientado es porque realmente lo está, quiero decir, si te ponen una venda en los ojos y te hacen girar como en el juego de la gallinita ciega, y después de unas vueltas te quitan la venda, es posible que encuentres diferencias entre lo que tenías en la cabeza antes de la venda y lo que tienes delante tuyo ahora. Con este escenario es normal que te desorientes, si ves que hay cosas que han cambiado, que te afectan directamente, y nadie te lo explica o ni si quiera te hacen consciente del cambio, es normal que empieces a sentirte raro en ese ambiente y genere en ti una ansiedad propia de la incertidumbre que te genera la nueva situación.

Otra cosa que puede estar pasando es que tus motivaciones hayan cambiado debido a tu nueva situación personal, estás conviviendo con tu pareja, tienes hijos… y este cambio ha alterado tus prioridades en la vida, es ahora cuando demandas a la empresa que atienda tus motivaciones pero no sabes como hacerlo y esperas que sea la empresa quién se adelante.

Y por último, uniendo las estas dos situaciones, surge la situación en la que te sientes fuera del grupo de trabajo y te da la sensación de que cada uno va a su aire, que nadie se preocupa por ti y que nadie te escucha. Con esto se genera un ambiente que no favorece que te encuentres cómodo en el trabajo y hace difícil el trabajar bien.

Claro…sin rumbo, sin nadie que te escuche, sin nadie que se preocupe por ti, se puede entender que estés mal, pero ¿qué estás haciendo para cambiar la situación? ¿Toda la culpa de lo que te sucede es de otro?

 Seguro que hay cosas que tu puedes hacer para redirigir la situación. Coge el timón del barco y considérate el Patrón deja de ser sólo marinero y navega hacia tu rumbo deseado haciéndote dueño de tu destino.

Del desarrollo del autoliderazgo hablaré más en detalle en próximos post ya que por lo interesante que es me enrollaría demasiado y hoy sólo quiero dejarte esta reflexión y que te ayude a pensar en que si hay solución y está más cerca de ti de lo que seguramente te imaginas.

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