Un auténtico Líder necesita Estrés

Posted by in Inteligencia Emocional, Liderazgo, Motivación

Tienes 16 años y por primera vez tus papás te han dejado sólo en casa el fin de semana. Es un momento ideal para organizar la fiesta que siempre has querido y poder invitar a tus amigos para hacer lo que más te gusta y nunca has podido hacerlo en casa.

Llega la hora de la fiesta, la celebras, te lo pasas “pipa” y alargas la noche todo lo que tu cuerpo pueda aguantar.

Tus papás dijeron que vendrían el domingo por la tarde pero justo cuando estás desperezándote el domingo por la mañana suena el teléfono, “cariño, cómo estás, ha habido un cambio de planes y vamos ya para la casa, estaremos allí antes de comer”.

Que horror, antes de comer y yo con la casa así… como mis papás vean esto… !!!

Pues bien, he querido comenzar con este ejemplo ya que considero que puede ilustrar perfectamente lo que hoy quiero contar acerca de la necesidad que tiene un líder de contar con la dosis adecuada de estrés que le proporcione una activación extra al modo de realizar sus tareas para conseguir un resultado además de eficaz, en un grado alto de eficiencia.

Hay determinadas tareas donde se requiere un nivel alto de estrés para conseguir un nivel de rendimiento alto. Como ya te he contado en alguna otra entrada de este blog, cómo en Cómo puedo liderar a mi jefe , Qué podemos hacer cuando el jefe no es un líder  y Reconocerías a un líder a simple vista, un líder busca constantemente un alto desempeño en sus tareas, es necesario que un líder pueda rendir al máximo.

Esto está muy bien, pero…supongo que estarás pensando… ¿cómo se consigue, cómo puedo alcanzar este punto óptimo?

¿Cómo puedes alcanzar el punto óptimo?

Para entender estos conceptos es necesario que te presente si no los conoces ya a Yerkes y Dodson.  Juntos desarrollaron la Ley Yerkes-Dodson que relaciona el estrés y el rendimiento.

Las consecuencias del estrés sobre el rendimiento Yerkes y Dodson lo reflejan en su famosa gráfica de la “U” invertida.

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En esta relación se identifican tres fases, momentos o zonas por las que se puede transitar a la hora de realizar una tarea.

  1. Cuando estás Aburrido.
  2. Cuando estás Desvinculado o desmotivado.
  3. La zona de Flujo o momento óptimo.

Esta ley  indica que el rendimiento se resentirá siempre que estemos realizando alguna tarea y estemos en la zona de aburrimiento y desvinculación, en este momento se activan una cantidad excesivamente pequeña de las hormonas del estrés segregadas por el cerebro. Cuando nos sentimos más motivados y vinculados a la tarea, el “estrés bueno” logrará situarte en la zona óptima, en esta zona funcionarás en plenitud de condiciones. Y por último la zona de agotamiento, aquí si los problemas resultan excesivos y logran desbordarte, los niveles de hormonas de estrés serán demasiado elevados y entorpecerán el rendimiento.

La zona de rendimiento óptimo que Yerkes y Dondson denominaron “Flujo”, se ha definido como un estado de armonía neuronal, en el que las áreas dispares del cerebro se encuentran en sintonía, que colaboran entre sí.

El concepto de Flujo surgió de una investigación en la que se pedía a los participantes que describieran un momento en el que se habían superado y habían alcanzado su cota máxima personal. La gente refirió momentos relacionados con campos de especialización muy diversos, desde el baloncesto hasta el ballet pasando por el ajedrez o la neurocirugía, pero con independencia de los detalles el estado subyacente que describían era siempre el mismo.

Principales características:

–        Concentración intensa e inquebrantable.

–        Gran flexibilidad para reaccionar ante nuevos problemas

–        Rendimiento al máximo de nuestra capacidad

–        Sensación de placer, de enorme felicidad, derivada de la actividad que tenemos entre manos.

Alcanzar el flujo permite que aprovechemos al máximo nuestro talento. En el estado de flujo solo trabajan las zonas cerebrales relacionadas con la actividad, lo contrario de lo que nos pasa cuando estamos aburridos, que solemos distraernos con frecuencia y tener nuestra mente en un estado de dispersión total, sin posibilidad de concentrarnos.

¿No crees que nuestras organizaciones conseguirán rendir al máximo siempre y cuando sus trabajadores aporten sus capacidades al máximo? Será necesario que las organizaciones se encarguen de generar más momentos de Flujo o que sencillamente provoque que sus empleados permanezcan en la zona de vinculación y motivación durante más tiempo. Este será el terreno de juego ideal para el líder.

Y ahora… ¿cómo llegamos a este estado?

–        Tienes que conseguir adaptar las demandas a tus capacidades para medir tu nivel óptimo de enfrentamiento a las dificultades. Pide que te ofrezcan tareas más difíciles de lo habitual para aumentar la dificultad, además de conseguir que el trabajo te resulte más interesante, conseguirás a su vez mayor motivación.

–        Si te sientes abrumado, tienes que solicitar reducir la demanda o gestionarla mejor, apóyate en tus compañeros o colegas o en tu superior si es preciso, busca un respaldo emocional o logístico que te ayude con la gestión.

–        Debes practicar las habilidades en cuestión, aquella que te han superado, para mejorarlas y poder afrontar un mayor nivel de demanda.

–        La concentración, una mejora en la capacidad de concentración te ayudará a prestar más atención, ya que la atención es de por sí una vía de acceso a la fase de flujo (puedes leer una entrada mía anterior, relacionadas con la Meditación y el Mindfulness).

Cuidado ahora!! Tienes que detectar cuando sales de la zona de flujo.

Para poder darte cuenta de que puedes estar saliendo de tu zona de estrés positivo y máximo rendimiento tienes que estar atento a algunos indicadores.

–        Disminución del rendimiento: Aquí es cuando sientes o eres consciente de que no consigues hacer la tarea igual de bien.

–        La pérdida de atención: Si te encuentras más “despistado”, si ha disminuido tu concentración o estás comenzando a aburrirte, pueden ser algunos de los síntomas.

–        Si te muestras malhumorado: Es posible que comiences a responder con cierta rigidez en lugar de tener en consideración las alternativas, te inquietarás más fácilmente.

Llegado este momento serás presa de la ansiedad y esto afectará negativamente a tus capacidades y eficiencias cognitivas, estarás saliendo de tu zona de flujo.

 Como conclusión decirte que debes para alcanzar la zona de flujo debes gestionar adecuadamente tus niveles de adrenalina, ya que no es lo mismo desarrollar tareas en un puesto de trabajo fijo y monotarea que la que puede necesitar un piloto de aviones de combate.
Por otro lado, vuelvo a hacer hincapié en un tema que me parece fundamental, una estrategia fundamental para aumentar las posibilidades de entrar en la fase de rendimiento óptimo es practicar habitualmente métodos de mejora de la concentración y la relajación del cuerpo.
Si tienes un trabajo muy estresante puede ayudarte ofrecerte con regularidad a tu cerebro y a tu cuerpo un parón, un momento para relajarse que permita recuperar fuerzas.
Puedes apoyarte en la Meditación o en la Concentración Plena (Mindfulness) como te comenté antes, pero la clave es encontrar un momento de bienestar para ti, que te guste y esto te anime a practicarlo con frecuencia, no debe ser sólo un sistema apagafuegos, debe convertirse en un modo de tomarte la vida tanto profesional como personal.